dolor fisico emocional psicológico social

¿Por qué nos duele cuando nos rompen el corazón?

dolor fisico emocional psicológico social

¿Se fijaron alguna vez en cómo solemos describir cuando alguien nos rechaza? Utilizamos frases como “Sentí mucho dolor”, “Estoy sufriendo demasiado”, “Me lastimó…”, etc. Hablamos de situaciones dolorosas cuando en realidad no hay ningún contacto físico ¿Por qué lo hacemos?¿Nos faltan palabras para describir este tipo de situaciones o realmente nos hacen sentir dolor?

Últimamente estoy recibiendo bastantes mensajes de personas que han sufrido rupturas amorosas recientes. La mayoría describe sus emociones como un dolorosas. Hablan de sufrimiento, de daño, los más extremos de tortura. Incluso en nuestro lenguaje popular utilizamos la frase “Me rompió el corazón”. En realidad, a través de esta metáfora intentamos describir un dolor emocional debido a una ruptura amorosa, un dolor que no deriva de una herida real sino social.

 

El cerebro y el dolor

Empecemos analizando cómo es el mecanismo del dolor. Cuando nos golpeamos la rodilla con la mesita baja que hay en el salón, se activan unas células especializadas en detectar el dolor, llamadas Nociceptores, que envían una señal al cerebro a través de los nervios. El cerebro recibe esa señal y la traduce en dolor.

Lo interesante es que la sensación de dolor no es igual para todos. De hecho, no se puede definir con parámetros objetivos, cada persona tiene el suyo, por eso se habla de “umbral de dolor”, o sea la intensidad mínima que tiene que tener un estímulo para producirnos dolor. Hay personas con un umbral alto, por lo que necesitan estímulos más intensos para sentir dolor, y otras con el umbral bajo que sienten dolor más fácilmente.

 

El dolor físico

El dolor físico, el que deriva de un golpe, se conforma de dos partes. Por un lado tenemos el componente sensorial, o sea el lugar, la intensidad y la duración del dolor; mientras que por otro tenemos el componente afectivo, la angustia, el sufrimiento, etc.

Los dos componentes llegan al cerebro a través de dos rutas neuronales diferentes, o sea toman diferentes caminos porque van a zonas del cerebro diferentes. La sensorial es procesada por la Corteza Somatosensorial Secundaria, mientras que la afectiva asociada depende de la Corteza Cingulada Anterior (o CCA).

El dolor emocional

¿Realmente podemos sentir dolor cuando alguien nos rechaza? La respuesta es que sí.

Megan Meyer del departamento de Psicología de la Universidad de California, y Kipling Williams de la Universidad Pardue, realizaron un experimento en el que los participantes eran sometidos a exclusión social. Primero les permitían formar equipos, pero luego los excluían del grupo para poder analizar las áreas del cerebro que se veían implicadas en el rechazo.

Los resultados mostraron que las personas excluidas mostraron un aumento en la actividad de la  Corteza Cingulada Anterior (CCA), o sea la zona donde se procesa el componente afectivo del dolor. Es más, los participantes que más sufrieron por la exclusión también eran los que mostraban un mayor nivel de actividad en esta zona.

Otros estudios han confirmado estos resultados lo que no sindica que el rechazo social activa en nuestros cerebros las mismas estructuras que se activan cuando nos golpeamos o lastimamos.

 

Similares pero no iguales

El dolor social y el dolor físico son similares pero no iguales, de hecho cada uno activa una zona cerebral diferente. Cuando se reviven recuerdos de dolor físico se activa el sistema sensorial del dolor (Corteza Sensorial), sin embargo cuando recordamos un dolor social, por ejemplo una ruptura amorosa, se activa  el sistema afectivo del dolor (Corteza Cingulada Anterior).

A pesar de viajar por diferentes caminos, el dolor físico y el social están relacionados. De hecho se sabe que la sensación de dolor físico puede verse disminuida a través de estímulos completamente sociales como por ejemplo si alguien querido nos sostiene la mano, o si vemos una foto de nuestra pareja.

Si bien activan zonas diferentes, la verdad es que tanto el dolor físico como el social activan algún tipo de vía neuronal del dolor, por eso realmente sentimos que nos lastima aunque no sea, neurológicamente hablando, el mismo dolor que un golpe.

En conclusión, somos capaces de sentir verdadero dolor por causas sociales. Cuando hablamos del dolor que nos produce una traición, una separación o una burla realmente tenemos esa sensación.

En una época en la que cada vez estamos más comunicados, debemos ser conscientes del poder de nuestras palabras, ya que con ellas tenemos la posibilidad de lastimar literalmente a los demás, o de ayudarlos a disminuir su dolor.

 


Fuentes:

  • Meyer, M. L., Williams, K. D., & Eisenberger, N. I. (2015). Why Social Pain Can Live on: Different Neural Mechanisms Are Associated with Reliving Social and Physical Pain. PloS One, 10(6). Recuperado el 2 de Abril 2019 de link
  • Berrecheguren, P. Why it hurts when somebody breaks our heart. Mapping Ignorance. Recuperado el 2 de Abril 2019 de link