¿Todas las cosquillas son iguales?
Las cosquillas no dejan indiferente (ni quieto) a nadie, ya sea que se trate de un juego amistoso entre personas de confianza o un castigo difícil de controlar. Pero ¿Existen diferentes tipos de cosquillas? Y si es así ¿Tienen diferentes efectos?
No es la primera vez que trato el tema de las cosquillas en este blog. Hace unos meses expliqué por qué es imposible que nos hagamos cosquillas a nosotros mismos y qué rol juega el cerebro en esta limitación. Pero esta vez voy a hablarles de los diferentes tipos de cosquillas, sus orígenes y sus efectos.
La gran desconocida
Las cosquillas son una sensación, y como tal la percibimos con nuestros órganos sensoriales en este caso la piel. Al detectar ciertos movimientos, la piel envía una señal al cerebro que es quien se encarga de traducir esa señal en una sensación.
Aunque parezca mentira, todavía desconocemos los mecanismos neurológicos a la base de las cosquillas. Lo poco que sabemos es que están relacionadas con la liberación de Dopamina en el cerebro, un neurotransmisor que generalmente está asociado a las sensaciones agradables.
Por otro lado, a finales del 2016 Michael Brecht, profesor de Neurobiología y Neurociencias de la Universidad Humboldt de Berlín, publicó un artículo en el que afirmaba haber encontrado las neuronas responsables de las cosquillas.
Según sus investigaciones, que se realizaron exclusivamente en ratas, estas neuronas se encontrarían en la Corteza Somatosensorial, una zona del cerebro donde se encuentran representadas ciertas regiones del cuerpo según su sensibilidad al tacto. Por ejemplo las manos o la lengua al ser zonas más sensibles, tienen una representación mayor respecto a otras menos sensibles como la espalda.
Los tipos de cosquillas
Al tratarse de un mecanismo que incluye sentidos, sensaciones, y varias zonas del cerebro, desde hace años las cosquillas han llamado la atención de los psicólogos. Pero aunque las cosquillas puedan parecer siempre iguales, en realidad existen dos tipos diferentes según el gesto que las produce. Si las provoca un roce suave se conocen como Knismesis, si por el contrario las provoca un gesto más fuerte, se trata de Gargalesis.
La Knismesis, nada de risas
Este tipo de cosquillas no nos provocan risa, sino un deseo irresistible de frotar o rascar la zona afectada. Se trata de un cosquilleo de cierta intensidad, no muy agradable , que se produce por ejemplo cuando sentimos un insecto caminando por nuestra piel, o cuando rozamos el dedo de un pie ajeno.
La función de las Knismesis es que reaccionemos rápidamente, para alejarnos o para eliminar esa sensación de inmediato. En realidad están relacionadas con comportamientos evolutivos que heredamos de nuestros antepasados que vivían en entornos más hostiles. En ese tipo de situación, cualquier roce inesperado podría significar un peligro de muerte, por eso reaccionamos rápida y automáticamente.
Este tipo de cosquillas sí que podemos provocarla nosotros mismo por ejemplo con el leve roce de una pluma, una rama u hoja, o con las uñas.
Las Gargalesis para relacionarnos
El tipo de cosquillas al que estamos más acostumbrados son las Gargalesis. Estas nos producen una risa instantánea e incontrolable. Su función no se sabe con certeza pero podría tener que ver con las relaciones humanas. Esta vez no se trata de supervivencia sino de necesidad de relacionarse. Por norma general disfrutamos de las cosquillas cuando quién nos las hace es alguien de confianza. De hecho, este tipo de cosquillas fomentan y refuerzan los lazos sociales, muestra que nos sentimos seguros y conectados con esa persona. De hecho se hallan únicamente en humanos, primates y ciertos mamíferos
¿Para qué sirven?
La utilidad de las cosquillas sigue siendo motivo de debate y de diferentes teorías. Si bien, como dijimos antes, es muy probable que la función de la Knismesis esté relacionada con la evolución y es una forma de alertarnos sobre un posible peligro, la cosa no esta tan clara con la Gargalesis.
Según el profesor Brecht podrían tener una relación con las conductas de juego, una especie de truco del cerebro para hacer que la interacción con otros sea gratificante.
Similar es la teoría del psicólogo y neurocientífico Robert Provine, según el cual la función de las cosquillas es la de crear lazos sociales con otros miembros de la misma especie comenzando con la madre para luego ampliarse a otras relaciones sociales.
Por último, otra hipótesis interesante es la que plantea que las cosquillas sirven para entrenar a través del juego habilidades defensivas. Durante la infancia y la adolescencia es el período durante el cual algunos mamíferos se hacen más cosquillas jugando, y el lenguaje corporal que se observa en estos casos corresponde con posturas defensivas para proteger partes vulnerables del cuerpo.
Entre risas y llantos habrá que seguir investigando.
Fuentes:
- El efecto de las cosquillas en el cerebro. Psyciencia. Recuperado el 23 de Abril 2019 de link
- Quijada, P. Identifican las neuronas responsables de las cosquillas. Abc Ciencia. Recuperado el 23 de Abril 2019 de link
- Arzabal, M. ¿Por qué tenemos cosquillas? Vix. Recuperado el 23 de Abril 2019 de link
¡Hola! Me llamo Santiago y soy psicólogo.
A los 8 años conocí esta materia y desde entonces es la pasión que me acompaña junto con las nuevas tecnologías, internet y el fútbol.
Cansado de escuchar que la Psicología es «solo para los locos» me dedico a explicar que en realidad la Psicología es para todos.