¿Son peores los niños de ahora que los de antes?
Es muy común escuchar que los niños de ahora ya no son como los de antes, con tanta pantalla, internet, y padres permisivos. Nos aterroriza la idea de un futuro cuando esos niños descontrolados que vemos en los centros comerciales sean adultos. Pero ¿Cuánto hay de verdad en estas afirmaciones? ¿Son realmente más descontrolados los chicos de ahora?
Históricamente la psicología se ha interesado por estudiar el comportamiento de los niños. Por un lado tenemos todos aquellos estudios que se intentan comprender cómo aprenden los niños o cómo adquieren conocimientos, desde los comportamientos más básicos como agarrar objetos hasta los más complejos como el pensamiento simbólico.
Por otro lado tenemos aquellas investigaciones que intentan descubrir cómo funciona la mente de un niño para poder ver su evolución a través de los años y lograr entender cómo maduran las estructuras cerebrales, y cómo las características que tenemos en la infancia nos influyen luego de adultos. Dentro de este último grupo se encuentra el trabajo de Walter Mischel sobre el autocontrol en los niños.
Actualmente Mischel es profesor de la Universidad de Columbia, pero gran parte de su carrera la realizó como profesor de la Universidad de Stanford, cuna de históricos experimentos psicológicos, donde en los años 60 ideó el famoso test del Marshmallow.
El test del Marshmallow de Mischel
El experimento es muy simple y consiste en poner al niño en una habitación sin ningún tipo de estímulo o distracción, donde solo se encuentre una mesa y una silla. Se le entrega al niño un «marshmellow», un dulce americano conocido en español como «malvavisco», y se le explica que si logra esperar hasta que el investigador vuelva sin comerse el malvavisco, obtendría un dulce extra. O sea, si el niño lograba controlar sus ganas de comerse el dulce, obtendría el doble de recompensa.
Los investigadores solían ausentarse entre 15 y 20 minutos, lo que para los adultos sería una demora mínima para niños de 4 años en adelante se convierte en una eternidad. Sin embargo a pesar del fuerte deseo por comer el dulce, uno de cada tres logra controlar su deseo poniendo en práctica las estrategias que tienen a su alcance.
Lo interesante de este experimento es que se volvió a contactar con los niños durante su pubertad, luego durante la adolescencia y finalmente en edad adulta. Al analizar los datos descubrieron que los niños que habían logrado no comer el dulce, pasados los años tenían mejores calificaciones en la escuela, obtenían mejores empleos y eran más exitosos en general que aquellos que se habían comido el malvavisco.
¿Qué pasaría si realizamos el mismo experimento con los niños de ahora?
Si analizamos lo que sugieren los expertos en desarrollo infantil podemos pensar que serían incapaces de aguantar más de 5 minutos sin comer el dulce.
Sin embargo un reciente estudio demuestra lo contrario. John Protzko psicólogo investigador de la Universidad de California, realizó un análisis de los resultados obtenidos en las diferentes investigaciones que utilizaron el Test del Marshmallow en los último 50 años.
Antes de publicar los resultados, Protzko consultó a 260 miembros de la Sociedad Listserv de Desarrollo Cognitivo sobre cómo creían que serían los resultados de su análisis. El 50% de los expertos pronosticaron que la investigación indicaría que los niños de hoy poseen una menor capacidad de demora de la gratificación. Sólo el 20% de los expertos predijo que no habría cambios y un 16% que los niños de ahora superarían las marcas anteriores. El porcentaje restante creía que no había suficientes datos como para sacar conclusiones.
Los resultados de Protzko contradicen la opinión de los expertos. Según su investigación los niños de hoy tienen más autocontrol que las generaciones anteriores, incrementando su capacidad de demora de la gratificación en casi un minuto por década en los últimos 50 años.
Se piensa que esta mejora en el control de los deseos va de la mano con el incremento del cociente intelectual medio registrado también en los últimos años, reflejando la posibilidad que existan mecanismos cerebrales comunes, aunque eso está todavía por demostrar.
¿Cómo pudieron equivocarse la mayoría de los expertos?
Protzko lo atribuye al denominado fenómeno “los chicos de hoy en dia” por el que la memoria que tenemos de nuestras habilidades y comportamientos en el pasado están fuertemente influenciada por nuestras habilidades actuales. Es mucho más simple ver cómo se comportan los chicos de hoy que recordar con exactitud cómo lo hacíamos nosotros a esa edad.
¿Significa que nuestro futuro está a salvo?
Probablemente no, las puntuaciones han aumentado en general respecto a otros años pero se mantienen las diferencias entre los que pueden aguantar y los que no, por lo tanto sigue habiendo diferencias entre los que aguantan más y los que aguantan menos estando esto últimos más a riesgo para un futuro.
Protzko afirma que a pesar de las quejas actuales, los chicos de hoy en día parecen ser mejores de lo que fuimos nosotros. La cultura moderna de gratificación instantánea no ha podido detener la mejora del ser humano.
Ya pasaron los 20 minutos, me voy a comer un dulcecito.
Fuentes:
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Protzko. (2017, May 25). Kids These Days: 50 years of the Marshmallow task. Recuperado el 24 de Octubre 2017 de enlace
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Jarrett, C. Children today are better at delaying gratification than previous generations. Researchers Digest. Recuperado el 24 de Octubre 2017 de enlace
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Solano, G. El test del Marshmellow. Ipsicologo. Recuperado el 24 de Octubre 2017 de enlace
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Walter Mischel – The Marshmallow Test. The Brainwaves Video Anthology. Recuperado el 24 de Octubre 2017 de enlace
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Imagen: medium.com Recuperado el 24 de Octubre 2017 de enlace
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Imagen: psychbigyaan.files Recuperado el 24 de Octubre 2017 de enlace
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Imagen: joshgitalis.com Recuperado el 24 de Octubre 2017 de enlace
¡Hola! Me llamo Santiago y soy psicólogo.
A los 8 años conocí esta materia y desde entonces es la pasión que me acompaña junto con las nuevas tecnologías, internet y el fútbol.
Cansado de escuchar que la Psicología es «solo para los locos» me dedico a explicar que en realidad la Psicología es para todos.