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El «Efecto Scully», cómo una serie puede cambiarle la vida a miles de personas

A mediados de los años noventa “Los Expedientes X” dominaban el panorama de las series conquistando a millones de televidentes en todo el mundo. Sus personajes y frases se han convertido en iconos de la cultura popular. Pero más allá del furor televisivo, uno de sus protagonistas ha influenciado la vida de mucha gente, tanto como para tener su propio efecto, el “Efecto Scully”.

La serie de ciencia ficción y misterio Los Expedientes Secretos X se estrenó en 1993. A lo largo de sus 9 temporadas fue uno de los mayores éxitos de la cadena Fox, además de ser una de las series más premiadas de la historia con 141 nominaciones a distintos premios de los cuales ganó 61. En 2007 la prestigiosa revista Time, la incluyó en las lista de los “100 mejores programas de televisión de todos los tiempos”.

El argumento principal trata sobre las investigaciones de dos agentes del FBI, el agente Fox Mulder, psicólogo fascinado por lo paranormal y la vida extraterrestre; y la agente Dana Scully, doctora forense defensora del método científico y las explicaciones comprobadas. A medida que van resolviendo casos comienzan a matizar sus ideas iniciales, él comienza a aceptar algunas explicaciones científicas y ella comienza a creer un poco en lo inexplicable.

 

Mujer, protagonista y científica

Más allá del éxito televisivo, la importancia de los expedientes X se encuentra en lo revolucionario que fue el rol que le dió a su personaje femenino. La agente Scully, interpretada por Gillian Anderson, fue uno de los primeros personajes femeninos en el campo de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas (STEM por sus siglas en inglés) en aparecer en una serie tan popular y, sobre todo, en ser protagonista.

Scully no sólo rompía con la idea de que un científico tenía que ser necesariamente un hombre blanco vestido con bata que trabaja sólo en su laboratorio, sino que a diferencia del resto de personajes femeninos, no se trataba de la ayudante del héroe protagonista sino de una igual, de una compañera en toda regla, que podía tranquilamente resolver el misterio o salvarles la vida a ambos.

Durante 20 años críticos y fans de la serie se refirieron al “Efecto Scully” como el impacto que había tenido este personaje en la vida de muchas seguidoras de la serie, que por primera vez pudieron ver en televisión un personaje femenino experta en el campo de las STEM y además protagonista.  Se pensaba que Scully había supuesto un modelo positivo para muchas mujeres que pudieron imaginarse como expertas en campos STEM y así ampliar sus opciones profesionales a futuro. Sin embargo, eran especulaciones de fans, no existían estudios al respecto. Hasta ahora.

 

Un importante legado

El Geena Davis Institute on Gender in Media, realizó una encuesta a más de dos mil mujeres. Para garantizar que hubiesen visto la serie sólo admitieron participantes a partir de los 25 años. Cerca de la mitad (49%) había estudiado o estaba trabajando en algún campo relacionado con STEM. El 68% había visto el último episodio de la serie.

Los resultados indicaron que de todas las encuestadas que habían visto la serie, el 91% decía que el personaje de Scully era un modelo a seguir tanto para mujeres como para niñas. El 68% afirmaba que había incrementado la importancia que le daban a las STEM, y el 50% de ellas afirmaba haber incrementado su interés por estos campos. Pero lo más importante y quizás el primer dato que confirma la existencia del “Efecto Scully” es que el 63%, cerca de dos tercios, de las mujeres que trabajan en STEM afirman que Diana Scully les sirvió como modelo a seguir.

 

Mucho más que entretenimiento

La mujeres representan el 49% de los graduados, pero sólo el 10% de ellas lo hizo en un campo relacionado con STEM, respecto al 24% de los hombres. Los estudios realizados afirman que esta brecha no se debe a diferentes capacidades, sino que sus causas son los estereotipos, la falta de apoyo por parte de padres y maestros, y la discriminación de género en el STEM. Uno de los estereotipos más extendidos es que las “ciencias” son cosa de hombres, y los medios han perpetuado esta imagen durante años.

La agente Scully personificó un estilo de mujer que todavía no había sido mostrado en TV, y su éxito puede explicarse por la necesidad que tenían muchas mujeres reales de sentirse representadas por personajes de este tipo. Scully se alejaba de la típica “damisela en apuros” y se convertía en un personaje protagonista, que pensaba y actuaba por sí misma, generando en muchas niñas la idea de ellas también podía ser protagonistas de sus propias vidas.

Es un error considerar los productos culturales como un simple entretenimiento. Contamos con años de investigaciones en ciencias sociales que demuestran que los personajes, las historias y las tramas pueden influenciar nuestras elecciones vitales. El cine, las series, los libros, los comics, todas las creaciones culturales que consumimos nos dan pistas,a veces evidentes y a veces más sutiles, de cómo debemos actuar. Al mostrarnos una cierta historia intentan persuadirnos sobre cómo podemos (o debemos) llevar nuestra vida, lo que debemos priorizar, cómo divertirnos, cómo y a quién amar, cómo superar momentos difíciles.

 

Nuevos modelos, nuevas oportunidades

También nos muestran qué podemos y qué no podemos ser. Durante décadas muchas niñas no tenían ningún modelo interesante a seguir, que no fuera como secundaria al hombre. Hoy en día las cosas están cambiando. Gracias a las reivindicaciones sociales, cada vez más y más empresas generadoras de contenidos están prestando atención e intentan ampliar el espectro de personas representadas en sus historias.

Un cambio muy fuerte lo vivió Disney con sus Princesas, que dejaron de ser agentes pasivos que esperaban ser salvadas o encontradas como la Cenicienta o la Bella Durmiente, a personajes mucho más activos, interesantes y diversos como Tiana la primer princesa negra, o Mérida la primer princesa sin príncipe.

Otra saga histórica como Star Wars que contaba con un personaje femenino muy fuerte como fue la Princesa Leia, subió la apuesta y en sus últimos lanzamientos sus protagonistas son personajes tan interesantes como Rei o Jyn. Incluso en el mundo de los superhéroes con la exitosa película de Wonder Woman, protagonizada y dirigida por mujeres.

 

No es una moda pasajera

Y no sólo es algo que beneficie a las chicas, la variedad también implica que hay nuevos roles para las personas de color, los inmigrantes, incluso para discapacitados. No se trata de una moda de lo “politicamente correcto” sino de un avance hacia una sociedad que tenga en cuenta a todos, y no solo a unos pocos.

De a poco vamos avanzando hacia una cultura más consciente de la diversidad de las personas, y me entusiasma pensar en lo que serán capaces de hacer las niñas que en esta época están creciendo con modelos femeninos fuertes y protagonistas.


Fuentes:
  • Ifeany, K. Women Who Watched “The X-Files” Pursued More Careers In STEM. Fast Company. Recuperado el 15 de Mayo 2018 de enlace
  • Geena Davis Institute on Gender in Media, and J. Walter Thompson Intelligence. The scully effect i want to believe in STEM. See Jane. Recuperado el 15 de Mayo 2018 de enlace