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¿Cómo puede ayudar la psicología a los enfermos de VIH?

El diagnóstico de VIH o sida suele ser algo muy difícil de afrontar. Aunque se haya demostrado que los fármacos antirretrovirales son muy efectivos contra el virus, y que hay un aumento de la esperanza de vida y de la calidad de vida de los afectados respecto al pasado, el virus sigue causando un gran impacto en la salud mental.

La noticia de que son VIH positivo suele sorprender a la mayoría de las personas y es normal que en esa situación, y ante semejante noticia inesperada, sus reacciones sean intensas. Miedo, rabia, tristeza, ansiedad o sentirse abrumados ante los cambios que sucederán en su vida son sentimientos perfectamente normales y comprensibles. También son comunes la angustia por la pérdida de calidad de vida que creen que pueden tener, el estrés por los cambios que pueden venir, e incluso los retos que puede suponer atravesar esta enfermedad para una pareja.

Afortunadamente es en la terapia donde el individuo puede aprender a manejar estos sentimientos y no dejarse llevar por ellos. También es labor del terapeuta ayudar a la persona que vive con VIH a aceptar la enfermedad. Los más indicados para este trabajo suelen ser los psicólogos que se especializan en enfermedades crónicas, aunque al tratarse especialmente del manejo de las emociones y sentimientos cualquier buen psicólogo es adecuado.

La psicología es útil también para aquellos que deseen comunicárselo a sus familias pero no sepan cómo o qué palabras utilizar. En estos casos juega un rol muy importante el miedo a la estigmatización por parte de los demás, y sin embargo la necesidad de comunicarlo para contra con apoyo social.
En terapia pueden ensayar cómo decirlo, cómo se sienten al comunicarlo, cuál es el mejor modo para informar sobre la enfermedad. Así mismo se puede realizar una sesión familiar donde con la ayuda del psicólogo el paciente puede comunicarles la noticia a su familia, explicar bien lo que significa y conlleva; y ayudar a los familiares a adaptarse a la nueva situación.blog

No podemos olvidar la terapia de pareja, especialmente en aquellas parejas donde solo uno de los dos involucrados tiene VIH. En estos casos la terapia puede ayudarlo a afrontar la noticias, las repercusiones de la misma, y aprender a superar los desafíos que esta nueva situación introduce en la vida de pareja.

Por último el VIH puede desarrollar SIDA, y ésta última sí es una enfermedad mortal, por lo que algunas personas en este estadio prefieren buscar profesionales especializados en cuidados paliativos, o sea atención a pacientes y familiares en la situación de fin de vida. En terapia los individuos pueden hablar sobre los asuntos médicos necesarios, hacer planes a futuro para los miembros de la familia que necesitarán cuidado, o afrontar el eventual fin de su vida. Con este tipo de trabajo en terapia son capaces de ejercer control sobre aquellos aspectos de su vida que todavía pueden dominar.


Fuentes: