El lado oscuro del pensamiento positivo
El pensamiento positivo se ha instalado rápidamente en el vocabulario moderno. Libros, charlas, frases motivadoras e imágenes simpáticas por redes sociales que nos animan a pensar en positivo, a cambiar nuestra actitud. A primera vista parece imposible que puedan hacer daño, sin embargo el pensamiento positivo puede tener varias consecuencias negativas.
Hago una rápida búsqueda en Google y encuentro títulos como “Pensamiento positivo: atrae lo que quieres en tu vida”, “150 pensamiento positivos cortos” o “Pensamiento positivo, cambia tu actitud y cambiará tu vida”. La velocidad con la que se popularizó el pensamiento positivo es impresionante. No es para menos, nos promete que simplemente con unas pocas frases podemos mejorar nuestra vida, ser más felices ¿Quién puede negar semejante recompensa?
Sin embargo este movimiento tiene un lado negativo. Imaginemos que tenemos un problema, y la gente a nuestro alrededor nos dice que pensemos en positivo, que miremos el lado bueno, leemos un libro y nos dice lo mismo, escuchamos una charla y lo mismo. Todo nos indica que la felicidad está a nuestro alcance, sin embargo seguimos sintiéndonos tristes.
El gran problema del pensamiento positivo es que lleva implícita la idea que ser felices es muy simple y es nuestra culpa si no lo somos o no nos sentimos bien.
En los últimos años, muchos profesionales han comenzado a avisar sobre los problemas que puede traer el pensamiento positivo. Barbara Held, profesora de psicología de Bowdoin College, lo denomina “la tiranía del pensamiento positivo”. Held explica que en nuestra cultura se tiende a tener poca tolerancia con aquellos que no son positivos. Al contrario, se espera que se recuperen de su tristeza a los pocos días o semanas.
La profesora Held aclara que la tiranía del pensamiento positivo tiene un doble impacto, por un lado la persona tiene un problema por el que sufre, y a eso se le añade el sentimiento de culpa o ineficacia por no lograr ser feliz cuando es algo que supuestamente “está al alcance de nuestra mano”.
Muchas personas que sufren no solo no pueden ver que el método de “pensar siempre en positivo” no les es efectivo, sino que además los lleva a pensar que es un error de ellos, que son incapaces de llevarlo a cabo, generando problemas adicionales como una excesiva autocrítica y una desvalorización personal.
Uno de las frases más comunes y más repetidas es “el sufrimiento es opcional, uno puede decidir no sufrir”. Nada más lejos de la realidad. Nadie elegiría sufrir si tiene la opción de elegir lo contrario. No sólo no se puede elegir lo que se siente sino que a veces ni siquiera se puede elegir lo que se piensa, ciertos pensamientos aparecen sin más.
Julie Norem, profesora de psicología en Wesley College, explica que si bien intentar animar a una persona con ansiedad puede a corto plazo hacerla sentir bien, al final la ansiedad termina volviendo porque nunca se fue del todo, sigue ahí y hay que tratarla.
Por muy buena intención que tengamos, frases como “todo va a salir bien” no permiten continuar con una conversación en la que la persona nos está contando cómo se siente. El solo hecho de poder expresar su malestar le sería de ayuda, pero no se lo permitimos por esta idea que tenemos de que hay que estar siempre bien y felices todo el día. Lo que intenta ser una solución termina provocando más problemas.
Otro gran inconveniente del pensamiento positivo es la negación. Para algunas personas el pensamiento positivo se convierte en un escudo para evitar tomar las medidas necesarias para resolver el problema. Muchas veces tenemos que tomar decisiones difíciles o afrontar situaciones que sabemos que nos harán daño pero nos escondemos detrás del “todo irá bien” evitando solucionar los problemas.
Tenemos que entender que está bien sentirnos mal cuando algo malo nos sucede o cuando surge un problema. Está bien no ser positivos todo el tiempo, es poco realista creer que podemos ser felices en cada momento.
Con los pensamientos positivos se puede palear el malestar. Pero a la larga la persona volverá a sentirse mal. Lo que realmente está probado y sí da resultado es que la persona aprenda a resolver su malestar.
Lo veamos más lleno o más vacío, en el vaso hay agua.
Nota del autor: Si bien son términos que muchas veces son tomados como sinónimos, hay una diferencia entre el movimiento del pensamiento positivo y la psicología positiva.
Fuentes:
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Mitchell, M. The tyranny of positive thinking can threaten you helth and happiness. Newsweek. Recuperado el 25 de Julio 2017 de enlace
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Ibánez,M; Jiménez, J. El pensamiento positivo no funciona. Huffintongpost. Recuperado el25 de Julio 2017 de enlace
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Imagen: zastavki.com. Recuperada el 25 de Julio 2017 de enlace
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Imagen: psicoblog.com. Recuperada el 25 de Julio 2017 de enlace
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Imagen: whizolosophy.com. Recuperada el 25 de Julio 2017 de enlace
¡Hola! Me llamo Santiago y soy psicólogo.
A los 8 años conocí esta materia y desde entonces es la pasión que me acompaña junto con las nuevas tecnologías, internet y el fútbol.
Cansado de escuchar que la Psicología es «solo para los locos» me dedico a explicar que en realidad la Psicología es para todos.