Psicología y cine: El efecto Kuleshov
Podemos pensar que sentarnos a ver una película es un buen modo para relajarnos y desconectar. Sin embargo, como espectadores realizamos continuamente un trabajo mental activo de interpretación de lo que vemos. El efecto Kuleshov nos muestra esta realidad y permite que la industria del cine lo utilice para contar historias de forma más atractiva.
La edición 2018 de los Oscars generó gran revuelo cuando se anunció que para hacer la gala más “amena” los premios al mejor vestuario y montaje se daría durante las pausas publicitarias.
Grandes personajes de la industria mostraron su desacuerdo con estas medidas, especialmente con la de montaje, ya que según los expertos el montaje de una película puede mejorar o empeorar la cinta en su totalidad.
Cómo contar la historia
Las películas no se graban de forma ordenada. De hecho, a veces se comienza por las tomas finales, o se graban todas las escenas de cierto personaje y luego el resto. Generalmente se hacen muchísimas escenas diferentes, que luego serán editadas en el momento del montaje.
El montaje entonces, es el momento en que se ordenan los planos y las secuencias de la película, para que los espectadores veamos lo que nos quiere mostrar quién la dirige, para que logremos ver la historia según su visión.
La manera de colocar los diversos planos puede cambiar completamente el sentido, y por lo tanto el mensaje, de una película, por eso es tan importante en el resultado final.
El efecto Kuleshov
El cineasta ruso Lev Kuleshov, pionero del cine soviético, es considerado uno de los teóricos cinematográficos más importantes del cine mundial. Durante años realizó diferentes experimentos en torno al montaje del cine y aportó experiencias y conocimiento en torno al lenguaje cinematográfico.
En 1922, Pudovkin, uno de los alumnos de Kuleshov, describió un supuesto experimento que realizó junto con Lev Kuleshov en el cual habrían demostrado lo que luego se conoció como “el efecto Kuleshov”.
En el experimento seleccionaron una serie de primeros planos de Iván Mozzhujin, un conocido actor de la época, con una expresión neutral. Esas imágenes fueron luego unidas a fragmentos de otras películas. De esta forma creaban 3 diferentes combinaciones.
En la primera se veía la cara del actor seguida de la imagen de un plato de sopa. La segunda era la misma cara con la misma expresión pero seguida de una mujer con poca ropa. La última era de nuevo la cara del actor seguida de la imagen de un niño sobre un ataúd.
Los diferentes cortos fueron posteriormente mostrados a una audiencia. Si bien en las tres combinaciones la expresión del actor era la misma, las personas la interpretaban de forma diferente según la imagen que se mostraba a continuación.
En el primer caso percibían que el actor estaba reflexionando o hambriento, en el segundo se interpretaba su expresión como de deseo o lujuria, mientras que en la última se percibía como dolor o tristeza.
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Viendo y sintiendo
¿Por qué la misma expresión nos parece diferente en cada caso? Porque como público no somos sólo receptores de imágenes, sino que participamos de forma activa en la creación de significados.
En este caso se ponen en marcha dos mecanismos mentales. Primero proyectamos nuestras emociones en la cara del actor en base a nuestra experiencia sobre la expresión facial de las emociones. Sabemos reconocer ciertas emociones a partir de su expresión facial, lo que nos permite por ejemplo entender el significado de un emoji. Este conocimiento nos ayuda a sentir empatía y conexión con otras personas, y a entender lo que el actor está “sintiendo”.
Por otro lado, tenemos una idea de cómo suele funcionar el lenguaje cinematográfico. Por eso como espectadores, si vemos dos imágenes seguidas entendemos que una toma tiene que ver con la siguiente y hacemos un esfuerzo rápido, inconsciente y automático por establecer una relación entre ellas.
La importancia del contexto
El efecto Kuleshov muestra la importancia del contexto para interpretar la realidad. Como pudimos ver, la manipulación del contexto puede provocarnos diferentes pensamientos y sentimientos que alterarán la percepción que tenemos sobre una expresión facial.
Además, manipulando el contexto a través de la creación de expectativas se puede dirigir nuestra atención hacia estímulos que de otra forma pasarían inadvertidos. Se piensa que las expectativas que tenemos influencian nuestra percepción.
Más allá de la evidencia relativa del “experimento” de Kuleshov, existen varios estudios serios y rigurosos sobre el papel del contexto en la percepción. Por ejemplo en un experimento clásico de Wallbott, demostró cómo manipulando el contexto se puede lograr que percibamos expresiones neutras como felices o tristes.
El mito del efecto Kuleshov
A pesar de que este efecto haya influenciado fuertemente la teoría cinematográfica, no existen evidencias creíbles sobre su realización, ya que según el mismo Kuleshov, las cintas nunca fueron mostradas a una audiencia, y además fueron destruidas durante la Segunda Guerra Mundial.
De todos modos supuso un hito en la forma de entender el cine y su construcción del mismo modo que sirvió como puntapié inicial para una serie de experimentos sobre nuestra percepción.
Fuentes:
- Holland, N. N. (1992). The Kuleshov Effect. The critical I (pp. 41-47). New York: Columbia University Press.
- Riley, T. (1998). Definition of absence for completion. Representing illusions: space, narrative and the spectator. (pp. 66-75). Chelsea: Open University Press.
- Wallbott H. In and out of context: Influences of facial expression and context information on emotion attributions. British Journal of Social Psychology. 1988;27:327–69.
¡Hola! Me llamo Santiago y soy psicólogo.
A los 8 años conocí esta materia y desde entonces es la pasión que me acompaña junto con las nuevas tecnologías, internet y el fútbol.
Cansado de escuchar que la Psicología es «solo para los locos» me dedico a explicar que en realidad la Psicología es para todos.