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No existen “las palabras justas” para consolar a alguien

Cuando una persona cercana a nosotros termina una relación, o pierde el trabajo, o está atravesando una situación difícil solemos dudar sobre qué decir para hacerla sentir mejor. Según un estudio reciente no existen esas “palabras mágicas”, pero sí hay algo que podemos hacer.

Es una situación socialmente compleja. Tenemos a nuestra pareja, amigo o familiar atravesando un momento difícil y no sabemos qué decirle para consolarlo. Incluso podemos sentirnos algo egoístas por la ansiedad que nos genera no encontrar las palabras adecuadas cuando en realidad es la otra persona la que sufre.

¿Tenemos que decir que sabemos cómo se siente? ¿Quitarle gravedad al asunto?¿Tomarlo con humor para cortar un poco la tensión? Un nuevo estudio publicado en la revista  Basic and Applied Social Psychology da un primer paso para resolver este dilema. Según las investigadoras son muy pocas, si existen, esas palabras que proporcionarán un consuelo duradero a la otra persona.

Poniendo a prueba las palabras de consuelo

Un grupo de investigadoras liderado por Shawna Tanner de Wayne State University realizaron una serie de estudios para poder entender si existían palabras o frases que lograsen consolar de forma adecuada a personas que estaban atravesando una situación difícil. En los tres estudios, los sujetos debían calificar el nivel de consuelo de ciertas declaraciones específicas presentadas en un texto o en un video.

El primer estudio lo realizaron con 300 escolares de edades comprendidas entre los 10 y los 15 años. Se les presentaban situaciones hipotéticas junto con 6 frases de apoyo y ellos debían indicar el nivel de consuelo que generaría cada una. Cada una de estas frases estaba diseñada para representar diferentes estilos de apoyo, como intentar ser comprensivos, optimistas o incluso minimizar la seriedad del asunto.

Los resultados muestran muy poco acuerdo en las valoraciones que los alumnos dieron a cada una de las frases. Ningún estilo logró destacar respecto a los demás. Lo que sí se nota es que algunos jóvenes, por su forma de ser, valoraban  las frases en general más positivamente que sus compañeros. Esto indica que algunas personas pueden ser más propensas a sentirse aliviadas mediante las palabras que otras.

No es cuestión de personalidad

El segundo experimento se realizó con 54 estudiantes universitarios que debían valorar 96 afirmaciones en 8 situaciones hipotéticas.

Esta vez cada frase estaba compuesta para atraer a ciertos estilos de personalidad. Por ejemplo había frases que tendían al pensamiento positivo para atraer a las personas más optimistas, u otras más inclinadas hacia el apoyo social para atraer a las personas más sociables.

De nuevo no se logró un acuerdo entre qué tipo de afirmación sería la más adecuada, incluso cuando se realizó un segundo análisis agrupando a los sujetos por sus rasgos de personalidad ( los optimistas, los sociables, etc).

Al contrario, fueron las propias idiosincrasias de los participantes las que marcaban la diferencia entre cuáles afirmaciones eran de apoyo y cuáles no.

Tampoco es cuestión de preparación profesional

Por último, para intentar aumentar el realismo de las situaciones experimentales, las investigadoras realizaron el mismo estudio con 33 psicólogos clínicos en formación. Esta vez, las situaciones estaban grabadas en video, simulando una sesión de terapia y las afirmaciones las realizaban psicólogos.

Una vez más no se logró un acuerdo entre las frases que los participantes indicaban como más útiles para consolar a las personas.

El consuelo depende del receptor

Si bien son necesarias más investigaciones con situaciones reales, este estudio parece afirmar que no existen rasgos de personalidad ni palabras adecuadas que sirvan de universalmente de consuelo.

Al contrario, cada uno en base a su propia personalidad encontrará consuelo en ciertas palabras y no en otras. El consuelo está más en los oídos del que escucha, que en las palabras que podemos decir.

Entonces ¿Qué podemos hacer?

A raíz de los resultados obtenidos las investigadoras afirman que en lugar de intentar buscar las palabras adecuadas, que pueden llevarnos a hacer declaraciones que hacen más mal que bien, lo adecuado es que la otra persona sepa que estamos ahí para apoyarla. La mayoría de las veces no son las palabras que usamos, sino nuestra mera presencia la muestra de apoyo más eficaz que podemos ofrecer.

 


Fuentes:

  • Tanner, S; Lakey, B; Cohen, J; MacGeorge, E. & alt. What is the Right Thing to Say? Agreement among Perceivers on the Supportiveness of Statements. Basic and Applied Social Psychology. Volume 40, 2018 – Issue 5. Recuperado el 29 de Enero 2019 de enlace
  • Jarett, C. New research finds there is no “right thing” to say when you want to be supportive. Reserchers Digest. Recuperado el 29 de Enero 2019 de enlace