Los motivos psicológicos por los que queremos volver a casa para navidad
¿Alguna vez se preguntaron por qué la mayoría de nosotros intenta volver a casa para la navidad? ¿Por qué queremos pasar las fiestas con nuestros seres queridos? No se trata sólo de seguir una tradición, sino más bien de una necesidad humana que viene de mucho tiempo atrás.
Si le quitamos toda la parte comercial de las películas, las luces en las calles, las decoraciones, los regalos o la música, la navidad es un momento para volver a casa y sentirnos en nuestro hogar.
Todos somos capaces de nombrar al menos un lugar con el que nos sentimos emocionalmente conectados, ya sea la casa donde hemos vivido siempre, las plazas donde jugábamos de niños o el barrio donde vivimos.
Sentimientos de seguridad y comodidad nos permiten crear fuertes lazos emocionales con ambientes de la misma forma que nos sucede con las personas.
Muchas veces no tenemos en cuenta la influencia que un lugar puede tener en nuestra personalidad o lo importante que puede ser para nuestro bienestar psicológico.
Nuestro entorno juega un papel crucial ya que nos permite dar sentido y organizar nuestra vida. Gran parte de cómo vivimos nuestro día a día y en qué tipo de persona nos convertimos depende de dónde hemos vivido y de las experiencias que hemos tenido en ese lugar, ya sea por semejanza como por oposición.
Los gallegos y la morriña
Dónde vivimos está fuertemente ligado a quiénes somos. Eso lo saben muy bien los gallegos que en su lengua tienen el concepto de morriña, una de las palabras más hermosas que escuché.
La morriña procede del galaico-portugués “morinha” y se refiere al sentimiento de melancolía que se siente al recordar el hogar. Como vimos antes, es propio del ser humano conectar emocionalmente con ciertos lugares por lo que la tristeza al despedirse o alejarse de ellos también es un sentimiento compartido por todos.
Para los gallegos, la morriña comienza cuando se deja atrás todo lo que ama (hijos, mujer, país) y emprende viaje hacia tierras desconocidas. Según dicen sólo se puede comprender a fondo lo que es sentir morriña cuando se es gallego y además gallego emigrante, pero seguramente cualquier persona que esté lejos de sus seres queridos puede entender esa sensación.
¿A qué llamamos “hogar”?
Una de las primeras preguntas que hacemos cuando queremos conocer a alguien es “¿De dónde eres?” pero pocas veces nos ponemos a analizar lo difícil que es responder a esa pregunta. ¿Significa dónde vives? ¿Dónde has nacido? o ¿Dónde creciste?
Los psicólogos ambientales tienen claro que el “hogar” es mucho más que una casa, sino que incluye también a personas, a lugares, objetos, vivencias y memorias.
El centro de estudios sociales y tendencias PEW, realizó un estudio en el que preguntaba a diferentes participantes que identificaran aquel lugar que consideraban su hogar. Los resultados nos dan una idea de las diferentes concepciones que podemos encontrar sobre ese concepto.
El 36% afirma que su hogar era donde habían sido criados o nacido. El 22% dijo que su hogar era donde actualmente residían. El 18% consideraba su hogar como el lugar donde habían pasado más tiempo viviendo, mientras que el 15% lo consideraba el lugar de origen de su familia.
La tribu Zuñi y el hogar como centro
Independientemente de la cultura, tendemos a considerar el hogar como un lugar central de nuestra vida. Eso explica por qué cuando se pide a niños y adolescentes que dibujen dónde viven la mayoría pone su casa en el centro del papel.
La tribu de los Zuñi celebra cada fin de año la fiesta conocida como “Shalako”, en el cual los hogares son bendecidos y consagrados como parte de la celebración del solsticio de invierno. Esta festividad ayuda a fortalecer los lazos entre la comunidad, la familia, los dioses y espíritus mediante la dramatización de las relación entre estos aspectos y el hogar.
En nuestras fiestas tal vez no bendecimos oficialmente nuestras casas como los Zuñi. Sin embargo las tradiciones son similares, comemos con la familia, nos intercambiamos regalos, visitamos parientes lejanos y nos ponemos en contactos con amigos que no vemos a menudo.
El ritual de volver a casa confirma y renueva el lugar de una persona dentro de la familia y ayuda a fortalecer los lazos familiares.
Entonces ¿por qué volvemos a casa por Navidad? Porque nuestro hogar es un lugar conocido y seguro, donde estamos orientados en el espacio y el tiempo; es un puente entre nuestro pasado y presente, un vínculo duradero con nuestra familia y amigos.
Recuerdalo estas navidades cuando te satures después de dos días seguidos con tu familia.
Fuentes:
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McAndrew, F. Why There's No Place Like Home for the Holidays. Inverse. link
¡Hola! Me llamo Santiago y soy psicólogo.
A los 8 años conocí esta materia y desde entonces es la pasión que me acompaña junto con las nuevas tecnologías, internet y el fútbol.
Cansado de escuchar que la Psicología es «solo para los locos» me dedico a explicar que en realidad la Psicología es para todos.