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El método ABC ¿Cómo educar a tus hijos evitando los gritos?

Gracias a los nuevos métodos de crianza hemos logrado que los padres abandonaran los castigos físicos, pero ¿qué pasa con los gritos? ¿Por qué no podemos eliminarlos por completo? En este artículo conoceremos una alternativa, el Método ABC.

Ya hemos hablado de lo nocivos que pueden llegar a ser los gritos en la educación de los más chicos. Además de ser perjudiciales no son efectivos. ¿Qué podemos hacer? Alan Kazdin, profesor de Psicología y Psiquiatría Infantil en la Universidad de Yale, nos explica una alternativa, el Método ABC.

Comencemos por el ABC

Kazdin promueve un programa llamado el ABC (Antecedents – Behavior – Consequences) por el acrónimo en inglés de Antecedentes, Conductas y Consecuencias.

El antecedente es el principio y consiste en explicar al niño o niña con antelación y de forma específica lo que deseas que haga. Por ejemplo “Quiero que recojas los lápices cuando termines de pintar”.

Las conductas son lo que el niño hace. Sean esta buenas o malas, las definen y moldean los padresde forma consciente o inconsciente. Siguiendo el ejemplo anterior, el niño recoge los lápices.

Las consecuencias suponen la expresión desmesurada de aprobación cuando se realiza la conducta deseada. Sí, has leído bien, des-me-su-ra-da. Implica felicitar muy efusivamente, gritando a los cuatro vientos si es necesario, y acompañada de un gesto físico de aprobación. “Pero muuuuy bieeen que bueno y ordenado eres”

 

Un ejemplo práctico, recoger los juguetesniños educacion enseñanza conducta padres madres niñas

Vamos a poner un ejemplo completo paso a paso. Supongamos que todas las noches le gritas a tu hijo porque deja sus juguetes tirados por toda la habitación después de usarlos. En este caso, la conducta que deseamos que realice es que ordene.

Comenzamos con el antecedente, por la mañana le avisamos que queremos que hoy guarde los juguetes en su lugar. Si es necesario guardamos uno o dos juguetes para que vea cómo hay que hacerlo. Para más seguridad, le repetiremos la demanda por la tarde o cuando se acerque la hora de recoger, recuerda que los niños se distraen muy fácilmente.

Si llegado el momento el niño realiza la conducta que deseábamos, o sea recoger los juguetes, no debe pasar desapercibido. Aplicamos entonces la consecuencia, le decimos lo bien que lo ha hecho, lo felicitamos y le damos un abrazo (aprobación desmesurada + gesto físico).

Debemos ser muy claros y específicos

El método del elogio del ABC requiere de mucha especificidad, recuerda que hablamos con niños pequeños. No puedes plantear un antecedente como “ordena tu cuarto”, debes decirle específicamente en qué consiste ordenar el cuarto. “Guarda los juguetes en su lugar”, “Los zapatos debajo de la cama” etc. Es más, es probable que las primeras veces tengas que mostrale cómo se hace, moldear su conducta para que pueda imitarte.

Las consecuencias

Como dijimos antes, con respecto a las consecuencias debes ser efusivo, así que tendrás que sonreír como un tonto e incluso hacer aspavientos con las manos. Aquí también debemos ser específicos, tendrás que decir con una voz muy alegre y un tono alto cuál es la conducta específica que estás elogiando. La actitud boba es una característica, no un fallo. Permite que el niño note el elogio que acompaña el buen comportamiento, y ese es el punto.

Por último, no olvides que siempre debes darle algún tipo de elogio no verbal, un abrazo, un beso, una palmada, chocar los 5. Esto refuerza la conducta y lo motiva a seguir haciéndola.

¿Y si lo ha hecho mal? padres madres hijas hijos crianza crecer educacion

Las consecuencias deben ser diferentes, aunque el método de base sea el mismo. Supongamos que a pesar de haber planteado los antecedentes, y haberle mostrado cómo debía guardar los juguetes el niño no lo hace.

Primero debemos volver a recordarle que se lo habíamos pedido. Segundo deberás mostrarte enojado, pero deben notarlo por tu expresión y por el tono de tu voz (no por su volumen). Si no sabes muy bien cómo hacerlo, un buen consejo es que pienses en los villanos de las películas para niños, seguramente habrás visto más de una (incluso más de una vez). Si te fijas, lo malos se identifican por su seriedad tanto en sus gestos como en su voz, no suelen gritar como descontrolados, sino que son rígidos y directos.

Evidentemente, si después de haber aplicado la consecuencia “negativa” el niño realiza la conducta deseada lo debes felicitar, siempre refuerza la conducta que queremos que se mantenga.

 

Un método útil para niños y padres

Kazdin explica que con esta técnica intentamos crear hábitos. No sólo lograremos que hagan lo que deseamos sino que además eliminaremos aquellas conductas problemáticas como los berrinches y las discusiones. Nuestra atención la tendrán por lo bueno, no por lo malo.

Además, al rebajar la tensión en casa, estarás menos estresado/a y podrás disfrutar del tiempo con tus hijos sin estar siempre en conflicto o poniéndote como una figura autoritaria que sólo castiga.

El círculo del refuerzo

Si nuestros hijos se comportan mejor, no sentiremos la necesidad de gritar, y si no gritamos, nuestros hijos se comportarán mejor.

Lo bueno de este método es que premiamos las buenas conductas para que se repitan en lugar de castigar las malas conductas que podríamos estar indirectamente premiando con nuestra atención. Para los niños la atención de los mayores es sumamente reforzante.

Las técnicas disciplinarias tienen que ser efectivas. Nos tienen que ayudar a  llegar al final del día de la mejor manera posible, y al mismo tiempo lograr que nuestros hijos hagan lo que queremos y no lo que ellos quieren. Para este propósito el elogio funciona. El castigo no.


Fuente:

  • Marche, S. Why You Should Stop Yelling at Your Kids. The New York Times. Recuperado el 2 de Julio 2019 de link