¿Por qué no puedo sacarme esa canción de la cabeza?

Puro, puro chantaje”, “Vente pa´ acá, vente pa´acá” o “Leva, llévame en tu bicicleta” suenan en las radios, en la tele, en las listas de Spotify y como si fuera poco, ocasionalmente suenan también en nuestra mente. Pero ¿Por qué ciertas canciones se nos meten en la cabeza?

Técnicamente es un fenómeno conocido por sus siglas en inglés como INMI, Imágenes Musicales Involuntarias, y se refiere al recuerdo espontáneo e involuntario de una melodía. Este fenómeno ha sido estudiado por psicólogos que probablemente tampoco podían sacarse el último hit de moda de la cabeza, encontrando que estas canciones pueden aparecer por varias razones, entre ellas las asociaciones en la memoria, la repetición continua en los medios o el haberlas escuchado recientemente. Un estudio en particular llevado a cabo por la psicóloga musical Kelly Jakubowski de la Universidad de Durham, pone especial atención en la importancia que tienen ciertas características para lograr que una canción sea pegadiza.

Gracias a los datos obtenidos de los más de 3000 participantes, se obtuvieron las 100 canciones que más frecuentemente se habían elegido como pegadizas. Luego, estas 100 fueron comparadas con otras 100 que no fueron elegidas como pegadizas.Tras el análisis, los resultados confirman por un lado, que las canciones que más suenan son las más pegadizas, pero por otro lado también muestran que estas canciones tienen características similares que serían las responsables de que se nos “grabaran” en la cabeza. 715625487_preview_apple-music1

Una de estas características es el tempo, las canciones con ritmos más rápidos son las que tienen más posibilidad de que se nos peguen y son más difíciles de olvidar. Según la psicóloga, podría existir una relación entre el movimiento y las INMI, por eso a mucha gente se le vienen canciones a la cabeza mientras hacen ejercicio o mientras se cepillan los dientes.

Otra característica es que las canciones pegadizas tienen estructuras simples y familiares. Una canción que tenga un patrón de tono familiares por ejemplo un tono lento que luego sube y luego vuelve a bajar de nota es más probable que se convierta en una canción pegadiza.

Por último, estas canciones también necesitan que tener un patrón de intervalos único dentro de los tonos que las diferencie del resto de canciones populares.

La hipótesis de Jakubowski es que para que una canción se nos meta en la cabeza, el cerebro necesita que ésta tenga un nivel optimo de complejidad en la melodía. Tiene que ser interesante pero no demasiado compleja como para dificultar el recuerdo.

La importancia de este tipo de estudios va más allá de la intención de entender por qué se nos vienen a la cabeza las canciones de Shakira o Ricky Martin. Los INMI son ejemplos de pensamiento involuntario y espontaneo, entender cómo se producen puede ayudar a los científicos a entender el funcionamiento del cerebro en los momentos en que este parece comportarse de manera “autónoma”.

Autor: Santiago Salvatori


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