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Los villancicos no nos dejan pensar, literalmente

Por muy tradicionales que sean todos alguna vez sospechamos que los villancicos navideños no podían ser tan buenos como aparentan. Por mucha “noche de paz, noche de amor” que sea, llega un momento que no podemos más con esas voces agudas y esa felicidad pastelosa. Por suerte, para que no nos acusen de ser el Grinch de la familia, un estudio revela que los villancicos no permiten que nuestro cerebro piense con claridad.

 

Una música muy particular

Una de las características más distintivas de los villancicos, es que es uno de los pocos estilos musicales que sólo escuchamos en un determinado período del año. Muy poca gente, o casi nadie, se pone a escuchar música navideña en Agosto. De hecho cuando comenzamos a escuchar estas canciones automáticamente nos invade cierto espíritu navideño.

El motivo de este sentimiento festivo improviso reside justamente en que nuestro cerebro ha aprendido que sólo en las fiestas se escuchan villancicos, por lo tanto si estamos escuchando villancicos significa que estamos en época navideña.

Este tipo de aprendizaje es un claro ejemplo de la Ley de Contigüidad, según la cual experiencias que se han vivido de forma conjunta, tienden a almacenarse del mismo modo en nuestra mente.

Si pensamos en cuántas navidades hemos pasado escuchando villancicos y eso lo sumamos a que esta música sólo la escuchamos en determinada época del año, nos podemos hacer una idea de la fuerte conexión que hay en nuestra mente entre los villancicos y las fiestas navideñas.

 

El cebo del espíritu navideño

Pero ¿Quién podría beneficiarse de esta poderosa asociación? Pues aquellos que en estas fechas necesitan incrementar las ventas. En un estudio del 2005 en el que colaboraron la Universidad de Concordia (Canadá) y la Universidad de Washington, Eric Spangenberg y sus colegas encontraron que se podía mejorar el ambiente de un negocio si se alcanzaba un buen equilibrio entre música navideña, por ejemplo villancicos, y fragancias navideñas, por ejemplo dulces caseros.

Los resultados indicaban que una vez alcanzado el equilibrio, este invitaba a los clientes a pasar más tiempo en el local y a ser más propensos a gastar.

Cuando escuchamos música navideña, una parte muy importante de nuestro cerebro, la corteza prefrontal, debe trabajar el doble para filtrar la música y no distraerse. El problema es que esta zona del cerebro es la encargada de tomar decisiones, por lo que si la tenemos demasiado ocupada intentando no prestar atención a la música, nuestras decisiones serán peores; y todos sabemos lo que significa tomar una mala decisión durante las compras navideñas.

Lo que para nosotros como clientes puede ser una dificultad, se convierte en un verdadero y literal dolor de cabeza para los vendedores, que deben soportar esa música durante horas y horas. Según la psicóloga Linda Blair, los comerciantes tienen que aprender a desconectar sus oídos de la música navideña, porque de otra forma esto afectará negativamente a su concentración y productividad.

“Gastan mucha energía tratando de no escuchar lo que están escuchando”

Asique la próxima vez que te sientas particularmente sentimental en estas fechas o te sientas culpable por haber superado el límite que tenías para gastar, no seas tan duro contigo mismo, y culpa a los villancicos.


Fuentes:
  • The psychological effect christmas music has on your brain. NBC News. Recuperado el  19 de Diciembre 2017 de enlace
  • Peter, O. Liestening to too much Christmas music it’s bad for your health. Independent. Recuperado el  19 de Diciembre 2017 de enlace
  • Psychologists say playing Christmas songs on a loop can damage shop workers’ mental health. Sky News. Recuperado el  19 de Diciembre 2017 de enlace
  • Spangenberg,E; Grohmann,B; Sprott,D. It’s beginning to smell (and sound) a lot like Christmas: the interactive effects of ambient scent and music in a retail setting. In Journal of Business Research. Volume 58, Issue 11, 2005, Pages 1583-1589, ISSN 0148-2963. Recuperado el  19 de Diciembre 2017 de enlace
  • Imágenes: Pixabay. Recuperado el  19 de Diciembre 2017 de enlace, enlace, enlace