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¿Por qué nos gustan tanto los bebés?

Es imposible resistirse. Apenas nos encontramos con un bebé automáticamente a la mayoría de nosotros le entra un sentimiento irrefrenable de ternura. ¿Qué tienen los bebés de especial para que nos gusten tanto?A lo largo de la vida nos encontramos con varios bebés. Ya sea en nuestra familia, en nuestro trabajo, en nuestra casa o en los espacios públicos son muchas las situaciones en las que podemos interactuar con ellos.

Es una buena noticia entonces que nos generen ternura porque, asumámoslo, no son precisamente un colectivo con el que sea fácil relacionarse. Defecan y orinan sin control, vomitan, sus dientes son irregulares, babean, no tienen horarios para descansar y pegan gritos ensordecedores.

¿Por qué nos encantan?

Muchos primates no tienen ningún tipo de respuesta positiva ante las características físicas de sus crías, sin embargo nosotros sí. Y la razón no tiene que ver con nuestra capacidad superior de razonamiento sino con algo mucho más instintivo.

A diferencia de muchas otras especies, los bebés humanos son completamente dependientes de sus padres para sobrevivir. No pueden caminar, no pueden alimentarse ni defenderse solos por lo tanto las “crías” de humanos han desarrollado a través de la evolución una serie de características para llamar la atención de los adultos y que los ayuden a crecer.  De este modo la especie pudo seguir adelante.

El esquema bebé

El secreto es el conocido como esquema bebé (baby schema) o sea el conjunto de rasgos faciales que cuando se presentan en los niños nos producen ternura. La mayoría de los bebés comparten este tipo de características, y por eso son irresistibles. Las principales características de este esquema son:

  • La cabeza grande y redonda en relación con el cuerpo.
  • Los ojos grandes que ocupen la mayor parte de la superficie del rostro.
  • La nariz pequeña.
  • Las mejillas redondeadas.
  • La frente amplia.
  • El cuerpo redondito.
  • Superficies que den la sensación de suavidad.

La fuerza evolutiva de estos rasgos fue verificado en numerosos estudios de laboratorio, por ejemplo en la colaboración, dirigida por  Melanie Glocker, entre la Universidad americana de Pensilvania y la Universidad alemana de Münster.

En el estudio, un grupo de imágenes de rostros de bebés fueron manipuladas para que algunas se ajustaran mucho al esquema bebé y otras bastante menos. Luego estas imágenes fueron mostradas a 122 niños en edad escolar, para verificar si incluso en edades tempranas los efectos del esquema bebé están presentes.

Los resultados indicaron que las imágenes que más se ajustaban al esquema fueron valoradas como más bonitas y tiernas, además de ser las que generaron más sentimientos de protección y cuidado.

Cuando encontramos las característica típicas del esquema bebé se activa en nuestro cerebro el sistema mesocorticolímbico del que ya hablamos en este post en relación a la música. La función principal de este sistema es la de mediar las conductas que se relacionan con la gratificación y la motivación.

Todos los rasgos que componen el rostro del bebé nos generan disfrute porque estimulan este sistema y como resultado aumenta nuestra motivación al cuidado.

La próxima vez que te encuentres con un bebé reconocerás sus métodos para parecer adorable, pero igualmente no te vas a poder resistir. Está en nuestra naturaleza.


Fuentes:
  • Marni Stern, S. A question of cuteness.Psu. Recuperado el 15 de Agosto 2017 de enlace
  • Re, D. Why are babies so cute?.Scienceeverywhere. Recuperado el 15 de Agosto 2017 de enlace
  • Moffet, M; Brown, G. Why are babies so cute?. AsapScience. Recuperado el 15 de Agosto 2017 de enlace
  • Foto: Babycenter.com.Recuperado el 15 de Agosto 2017 de enlace
  • Foto: Huffingtonpost.com. Recuperado el 15 de Agosto 2017 de enlace
  • Foto: Are.na. Recuperado el 15 de Agosto 2017 de enlace