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Los beneficios de la incomodidad haciendo deporte

Todos conocemos los beneficios de hacer deporte, no solo para nuestra salud física sino también para nuestro bienestar emocional. Pero para algunas personas no es suficiente y dan un paso más allá, suben la apuesta y deciden realizar deportes en situaciones extremas ¿Qué es lo que los lleva a hacerlo y qué beneficios obtienen?

Hace poco leía un artículo sobre el Campeonato Europeo de Natación en Hielo celebrado en la ciudad rusa de San Petersburgo. En este campeonato, los atletas competían en una “piscina” obtenida al recortar las capas de hielo que cubrían el Río Neva. La temperatura ambiente era de -20º y la del agua era cercana al punto de congelación.

Mientras intentava imaginar la sensación de meterse en el agua a esa temperatura resonaba en mi cabeza la pregunta que siempre hace mi madre cuando escucha alguna noticia así: “¿Con qué necesidad?”.

 

Poniendo a prueba nuestros límites

Uno de los motivos por los que muchas personas realizan este tipo de actividades extremas es justamente la incomodidad que generan. En algunos casos lo que los mueve es la sensación de estar probando sus propios límites. Ponerse a prueba en una situación extrema y salir victorioso es un buen golpe de adrenalina y de autoestima. Por otro lado, también hay una recompensa al volver a las comodidades del hogar luego de una experiencia desafiante. Ese contraste incomodidad/comodidad puede ser una buena recompensa.

Lo que sí sabemos, y la investigación centrada en este campo lo va confirmando, es que al exponernos voluntariamente a situaciones incómodas obtenemos beneficios en el proceso de pérdida de confort. ¿Cuáles son esos beneficios?

La exposición al frío mejora nuestro sistema inmunológico

Todavía no existen grandes evidencias, pero los últimos estudios realizados parecen indicar que exponernos al frío hace que nuestro cuerpo genere más tejido adiposo, lo que nos protegerá contra futuros climas adversos. Esta protección es importante porque soportar menos estrés ambiental permite que tengamos más energía para combatir los virus externos.

Esto lo saben muy bien en los países nórdicos. Si visitamos las calles de Dinamarca, Finlandia, Islandia Noruega o Suecia encontraremos una fila de carritos con bebés durmiendo la siesta, incluso con temperaturas bajo cero. El objetivo de esta “siesta nórdica” es la de evitar enfermedades, ya que se supone que los niños expuestos al aire libre tienen un menor riesgo de contagio de infecciones frecuentes como la tos y el resfriado.

El entrenamiento de fuerza mejora el funcionamiento cognitivo y la salud mental en general

Una buena noticia para los amantes del gimnasio. Un estudio de la Universidad de Limerick publicado en American Journal of Lifestyle Medicine, afirma que el entrenamiento de fuerza, considerado como una forma de incomodidad autoimpuesta, produce una serie de beneficios psíquicos a largo plazo.

Más en concreto reduce los niveles de ansiedad y dolor en adultos mayores a la vez que reduce el declive cognitivo en aquellos que presentan síntomas prematuros de demencia. Estos resultados parecen reafirmar la vigencia del moto latino “mens sana in corpore sano”.

La importancia del ejercicio al aire libre

Buenas noticias también para los runners. Un estudio de la Universidad de Essex en Reino Unido analizó todos los artículos que compraban el ejercicio al aire libre con el ejercicio al interno. Si bien la incomodidad puede encontrarse en ambos ambientes, los resultados indicaron que realizar ejercicio fuera reducía la tensión muscular, la ira y las emociones depresivas.

Además, aumentaba la vitalidad y la energía. Por el contrario la sensación de calma era peor. El hecho de estar al aire libre implica que hay muchos estímulos que no podemos contrar, eso lo hace más impredecible y por lo tanto nos empuja fuera de nuestra zona de confort.

Todavía falta mucha investigación por delante, pero estas primeras experiencias nos dan una idea de los beneficios que nos produce la incomodad en el ejercicio.

Yo por mi parte hoy no me arriesgo y me quedo en casa que está lloviendo.


Fuente:
  • Mcknight,P. Why should we embrace disconfort? Psychology Today. Recuperado el  9 de Octubre 2018 de link